En 1886, en una farmacia de nombre Jacobs,
en Atlanta, Georgia, comenzó la historia de la bebida más famosa del mundo,
gracias al farmacéutico John S. Pemberton, quien trabajaba con la fórmula de un
principio medicinal a base de jarabe (aún secreto) y agua natural conocido como
“Vino Coca Pemberton”.
El creativo
farmacéutico siguió cambiando la fórmula, experimentando con nuevos sabores
para mejorar aún las cualidades del jarabe, hasta ese mismo año, cuando el 8 de
mayo, accidentalmente mezcló el jarabe con agua carbonatada y resultó ser todo
un éxito, el sabor era delicioso y realmente refrescaba.
Así fue el
afortunado nacimiento de la bebida más famosa del mundo: Coca-Cola.
Tiempo después de haber creado Coca-Cola,
John S. Pemberton enfermó y los recursos mermaron, dejándolo sin posibilidades
de sostener su fábrica, por lo que tuvo que vender una parte a dos empresarios
de Atlanta. Posteriomente a su muerte, otro famacéutico y también hombre de
negocios, Asa Grigs Candler, se interesó por la empresa y la compró en su
totalidad en 1891.
Candler y sus socios
fundaron The Coca-Cola Company en 1892, con la la clara idea de vender el
producto a gran escala.
En el año 1926, México inició su proceso de industrialización, y fue en esos días cuando Coca-Cola llegó al país para quedarse.
Manuel L. Barragán de
Monterrey, y Herman H. Fleishman de Tampico, fueron los primeros embotelladores
de Coca-Cola en México, quienes con su experiencia en los negocios, se
conviertieron en los pilares de la naciente Industria Mexicana de Coca-Cola.
Posteriormente, también
llegó a Coahuila y a Chihuahua, Emilio Arizpe Santos y Carlos Stege Salazar
tomaron el reto de embotellar Coca-Cola en estos estados.
Para el año de 1929,
Coca-Cola llegó a la Ciudad de México a través de la embotelladora “Mundet”, y
a Guadalajara con la embotelladora “La Favorita
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